Ok, tenemos un problema: la ficción nos cagó la vida.
He ahí, la esencia de nuestra aventura.
Mucho Friends, mucho Skins, mucha peliculita francesa afeminada, mucho Irving Welsh, Cortázar y Bukowski.
Todo bien con esas historias que nunca nos ocurrirán, pero tuvimos que tomar cartas en el asunto, porque la ficción no es un parámetro válido para la vida real. Pero al carajo, somos jóvenes y sobretodo, somos unas mierditas burguesas con mucho tiempo y energía para gastar planeando aventuras no aplicables al tercer mundo.
Ojo, jamás seríamos un Mark Renton, y definitivamente no seríamos una Ameliè, pero coquetear con la idea hace menos insoportable la estadía en una ciudad donde nunca pasa nada.
Haciendo un balance de esta obsesión con personajes poco usuales, decidimos convertirnos en uno.
Todo empezó el 31 de diciembre del 2009. Estábamos en una reunión familiar un poco descolocados con la idiosincrasia de la casa, y dijimos: hay que tomar más whisky. Con el whisky ¡oh, bebida sagrada! llegó la inspiración divina: decidimos crear una lista, sin límite de ítems, con los objetivos que nos propondríamos cumplir durante el 2010. Por supuesto, empezó como un chiste, se tornó un desafío y ahora, señores, es un deber. Se avecina un año caótico, entre terremotos, huracanes y devastaciones estamos nosotros, dos post-adolescentes tan desórdenados como el mundo, que buscamos agregarle un poco de ajo a esta bolognesa que hace rato se nos tornó aburrida. Pasen y vean.
He ahí, la esencia de nuestra aventura.
Mucho Friends, mucho Skins, mucha peliculita francesa afeminada, mucho Irving Welsh, Cortázar y Bukowski.
Todo bien con esas historias que nunca nos ocurrirán, pero tuvimos que tomar cartas en el asunto, porque la ficción no es un parámetro válido para la vida real. Pero al carajo, somos jóvenes y sobretodo, somos unas mierditas burguesas con mucho tiempo y energía para gastar planeando aventuras no aplicables al tercer mundo.
Ojo, jamás seríamos un Mark Renton, y definitivamente no seríamos una Ameliè, pero coquetear con la idea hace menos insoportable la estadía en una ciudad donde nunca pasa nada.
Haciendo un balance de esta obsesión con personajes poco usuales, decidimos convertirnos en uno.
Todo empezó el 31 de diciembre del 2009. Estábamos en una reunión familiar un poco descolocados con la idiosincrasia de la casa, y dijimos: hay que tomar más whisky. Con el whisky ¡oh, bebida sagrada! llegó la inspiración divina: decidimos crear una lista, sin límite de ítems, con los objetivos que nos propondríamos cumplir durante el 2010. Por supuesto, empezó como un chiste, se tornó un desafío y ahora, señores, es un deber. Se avecina un año caótico, entre terremotos, huracanes y devastaciones estamos nosotros, dos post-adolescentes tan desórdenados como el mundo, que buscamos agregarle un poco de ajo a esta bolognesa que hace rato se nos tornó aburrida. Pasen y vean.
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